Las historias que somos
El arte de contar historias
Vivimos en una época en la que los discursos tradicionales muchas veces ya no alcanzan para responder a las preguntas profundas de nuestro tiempo. Este blog nace de la convicción de que el storytelling —entendido como el arte de contar con sentido— puede ser una herramienta poderosa para renovar la forma en que hablamos de cultura, religión y espiritualidad.
Aquí confluyen más de tres décadas de experiencia en periodismo religioso con una mirada renovada sobre la comunicación: una que no se limita a transmitir datos, sino que busca conectar, interpretar y acompañar. El objetivo de este espacio es ofrecer claves, ejemplos y reflexiones sobre cómo narrar lo sagrado, lo simbólico y lo cultural desde lenguajes que despierten resonancia, comprensión y diálogo.
Este blog es también una invitación: a pensar juntos cómo nos contamos, qué historias nos definen y de qué modo podemos comunicar con profundidad en tiempos marcados por la fragmentación y el ruido. Porque las buenas historias no solo informan: ayudan a imaginar un mundo más humano y habitable.
👉 Te invito a recorrer los artículos del blog y descubrir cómo el storytelling puede abrir nuevas formas de mirar, sentir y comunicar.
Sobre mí
Soy periodista especializada en información religiosa, con más de 30 años de trayectoria en medios y proyectos vinculados a la fe, la cultura y la sociedad. Con el tiempo comprendí que no basta con informar: necesitamos nuevas formas de contar para dar sentido a lo que vivimos.
Durante años intentamos responder a las preguntas espirituales y culturales del siglo XXI con herramientas narrativas del siglo XIX. Fue esa tensión la que me llevó a descubrir el storytelling como una forma más profunda de comunicar: no solo para transmitir datos, sino para acompañar procesos, despertar sentido y construir identidad.
Hoy me dedico a explorar y enseñar cómo las buenas historias pueden ser puentes entre generaciones, lenguajes y mundos. El storytelling, bien usado, no es solo una técnica de comunicación: es una herramienta de transformación. Nos ayuda a ver al otro, a reconocernos en sus relatos, a sanar heridas de incomprensión y a tender la mano más allá de las diferencias.
En un tiempo marcado por el ruido y la polarización, contar bien quiénes somos —con autenticidad, belleza y profundidad— puede ser también una poderosa herramienta para la paz, el diálogo y la comprensión entre personas y pueblos.